COCTELERÍA

Mayáhuel es la diosa mexicana del maguey, mejor conocido como el agave. Se enamora de Quetzalcóatl, el dios creador de los humanos, y deciden huir juntos, lo que ocasionó la furia de los hermanos de la diosa que deciden ir en su búsqueda.

En medio de la persecución, ambos dioses deciden convertirse en la planta sagrada para pasar desapercibidos, pero para su mala suerte, los hermanos de Mayáhuel la encuentran y la destrozan.

Quetzalcóatl recobró su forma, tomó los restos de su amada para  sembrarla nuevamente y regarla todos los días con sus lágrimas. Ella nunca pudo volver a su forma física, quedando eternamente en el sagrado maguey, que hoy bebemos en forma de mezcal.

El eterno debate: ¿Es la ginebra y el gin lo mismo? La ginebra aparece primero en Holanda y años después debido a su gran éxito en Gran Bretaña y una posterior perfección de la técnica, es que se le llama Gin.

Es difícil diferenciarlas, ya que ambas bebidas comparten la misma base: el enebro es clave en su composición aromática. El enebro va en su formulación, en su aroma y en su sabor.

El tequila es una bebida espirituosa, es decir, un alcohol que se destila a partir de materia agrícola originaria de Tequila, en el estado de Jalisco.

Cuenta la leyenda que una tormenta eléctrica impactó sobre un sembradío de agave, ocasionando un incendio y posterior vaporización de las bolas de agave, creando una miel de sabor dulce por la cual los nativos se interesaron y descubrieron que al fermentarlas, obtenían un licor con poder relajante y efecto eufórico al beberla.

Es gracias a los mostos de agave por los cuales, 300 años después, podemos tener esta bebida en nuestras mesas.