Me encuentro en una jungla tropical en medio de un pueblo perdido en las tierras de Oaxaca. Cuenta la leyenda que Puerto Escondido no estaba habitado por humanos. Era de las plantas, la naturaleza, sus animales… “La Bahía de la Mujer Oculta”. Ese era su nombre.
¡Oh qué historia! ¿La conoces? Joven mixteca de la bahía de Huatulco secuestrada por el español maligno...
Logra escapar de la cabina en donde estaba atrapada, llegando a la costa de La Punta, escondiéndose en la selva. Nunca la encontraron. Se le conoce como “La Escondida” a aquella hábil mujer. De ahí nace el nombre Puerto Escondido. Y donde estoy yo ahora leyendo esto: un japonés oculto, de rica vegetación.
Un lugar secreto, que solo se conoce de boca en boca. Se dice que por aquí se ocultó La Escondida, impregnando este lugar de una femineidad misteriosa que, al juntarse con la cocina oriental, fusiona lo mítico de un pueblo legendario con lo exótico de un país ancestral.